jueves, 21 de junio de 2007

"Madre alienadora, padre excluido"

ARANTXA COCA, PSICOPEDAGOGA FAMILIAR

VÍCTOR-M. AMELA - 20/06/2007





Tengo 31 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy
psicopedagoga familiar. Vivo en pareja y tengo un bebé
de seis meses, Dominic. Soy librepensadora. No
comento mis creencias religiosas. Constato hoy un
incremento del síndrome de alienación parental: uno de
los progenitores intenta extirpar al otro de la esfera
afectiva de su hijo
- ¿Las familias necesitan psicólogo?
- Sobre todo en defensa de los menores.
- ¿Estamos dañándoles?
- A mí ahora me inquieta mucho el incremento del síndrome de
alienación parental.
- ¿Qué es eso?
- Es un atentado al derecho del menor de disfrutar de dos
progenitores, a tener dos referentes, a tenerlos integrados dentro de
sí.
- A contar con un padre y una madre, ¿no?
- Tanto si están vivos como si están muertos, el menor tiene derecho
a integrarlos afectivamente a ambos desde el bienestar.
- ¿Y quién perturba ese derecho del menor?
- El alienador parental.
- ¿Quién es ese tipo?
- Uno de los dos progenitores.
- Pues empezamos mal...
- Sí. Un progenitor se convierte en alienador cuando actúa de modo
que logra indisponer al menor con su otro progenitor.
- Ah, ya voy entendiendo...
- Sucede en muchas separaciones de pareja: un progenitor programa
mentalmente al menor para que identifique al otro progenitor como
una amenaza, como al enemigo.
- ¿De verdad podemos "programar mentalmente" a un menor?
- ¡Claro! Es una auténtica programación mental con fines perversos.
¡Un lavado de cerebro como el de una secta!
- Un ejemplo.
- Imagine a una madre separada que le dice a su hijo, antes de
librarlo al padre en su fin de semana: "No tienes por que hacer nada
que no te apetezca...".
- Ah, qué sutil...
- Instila en el menor una actitud refractaria hacia el padre, ¡la actitud
de defenderse de él! Y, claro, aquí me llegan padres desesperados
porque su hijo de diez años les ha espetado: "¡Tú a mí no me
mandas!".
- Tristísimo: así es imposible ser padre...
- El padre, loco de dolor, ve como pierde el afecto de su hijo. ¡Y al
hijo le roban al padre!: el alienador (la madre, en este caso) inflige
un gravísimo maltrato psicológico al hijo, pues le extirpa al padre de
su esfera afectiva, de su psique. ¡Una mutilación emocional!
- En este caso que me cuenta, ¿el menor está metabolizando el
odio de la madre?
- El padre se retrasa diez minutos en recoger al menor, y la madre
comenta: "Ay, otra vez nos ha fallado tu padre". ¡"Nos", dice!:
fusiona al menor a ella. Y el menor se identifica, y se desvivirá por no
"traicionarla".
- ¿Y con qué consecuencias?
- Interiorizará el abandono (y eso derivará en tristezas,
depresiones...), se sentirá culpable de lo que sucedió, ¡y no soportará
separarse de su madre! Y pronto será el menor quien actuará por
ella: se negará a ver al padre.
- ¡Parece un ejercicio de vudú, de posesión!
- No es mal modo de verlo.
- Me ha hablado de una madre alienadora: ¿es el esquema
habitual, o hay otros?
- Por desgracia, es el más frecuente. Es un triángulo: madre
alienadora, padre excluido, menor alienado. ¡Psíquicamente mutilado!
- El padre es el que más sufre, en principio.
- "Este niño me adoraba, y ahora... ¡no le reconozco!", me dicen
padres entre sollozos. Es la señal: el niño ha sido alienado. Es decir,
ha mutado su identidad afectiva: ¡al igual que una anoréxica se ve
gorda, ahora este niño ve en su padre a un enemigo!
- Todo un drama..., ¿irreversible?
- Habría que retirarle el hijo alienado (maltratado) al alienador
(maltratador): retirarle la custodia, apartarle una temporada.
- Hágase, pues.
- Hay un problema: los jueces. Los jueces no quieren mojarse: la
custodia, para la madre. ¡No quieren complicarse! No contemplan el
síndrome de alienación parental como maltrato psicológico. ¡Y se
consuma!
- Pues vaya con nuestros jueces...
- Los jueces optan por preguntar al niño. Y, claro, el niño alienado
habla por boca del alienador... Y el juez no profundiza más.
- ¿Qué puede hacerse?
- A la sociedad, que ya se ha concienciado acerca de maltratos como
el mobbing y el bullying,le toca ahora concienciarse de este maltrato
de alienación parental.
- ¿Qué aconseja a un progenitor que empiece a detectar este
síndrome en su hijo?
- Pese a todo, comunicárselo al juez. Insistir. Luchar por el menor.
Por su bien. A un padre excluido le he dicho: "Lucha por tu hijo, ¡para
que un día comprenda que tú quisiste tenerle a tu lado!". La madurez
del hijo, un día, podría devolvérselo...
- Magro consuelo.
- Lo peor, lo más duro para el padre excluido, es verse insultado,
¡insultado!, por su hijo. Se registran muchas depresiones, claro...
- ¿Qué síntomas en un niño deberían alertar al progenitor?
- Si el niño viene con una lista de normas del otro progenitor: "Que
haga o no haga esto", que si la ropa, que si los deberes... O cuando
el niño le suelta al padre: "¿Por qué no nos das más dinero?" O
cuando el padre le riñe y el niño replica: "¡No me hables así o irás al
juez!". O le dice: "¡No me toques!".
- ¿Alguna pista más?
- El niño puede somatizar su caso en alteraciones digestivas. Y
empeorar en la escuela, por una merma de atención y memoria.
- ¿Todos somos alienadores en potencia?
- Sí. Sobre todo si eres una persona susceptible, tajante, monolítica,
exagerada, y si sueles pensar que todo el mal está en el otro.
- ¿A qué extremo puede llegar el alienador?
- Una acusó con falsedad a su ex de acoso sexual sobre sus hijos,
para que el juez los apartase cautelarmente del padre... ¡y así
culminar sin trabas la alienación del menor!

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